Un Único e Inevitable Destino Recuperación del primer libro de relatos de. Antonio Soler. .................................................................................................................. NARRATIVA. EXTRANJEROS EN LA NOCHE. ANTONIO SOLERESPASA. MADRID, 1999. 228 PÁGINAS. J. ERNESTO AYALA-DIP Buena idea de la editorial España la de rescatar Extraños en la noche, del escritor andaluz Antonio Soler, un volumen de cinco relatos, uno de los cuales habría que considerar una nouvelle. El libro fue publicado en 1992, pero en este país parece que hay que ganar algún premio de cierto peso mediático para que comiencen a contar con uno. Soler lo ganó en 1996, y por partida doble con Las bailarinas muertas: el Herralde y el Premio de la Crítica. El último que obtuvo fue el Premio Primavera de Novela con El nombre que ahora digo. Quien haya leído las novelas del autor malagueño, sabrá encontrar en estos relatos hilos argumentales, climas y escenarios familiares a aquéllas. La noche es una novela corta, concibe una idea y una forma de cristalizarla afin a sus leyes, unas leyes que nunca fueron definidas pero sobre las cuales hay ejemplos incontestables de sobriedad expositiva y unidad temática. Esta novela narra unas peripecias existenciales y delictivas enmarcadas en el mundo del circo. El trazo estilístico, algo excesivo para una nouvelle, algo sobreactuado en su lirismo, es el único escollo que encuentro en una pieza que destaca por la fuerza avasalladora de sus personajes, y sobre todo por las historias que se cruzan, oscuras y sórdidas. Pero hay una cuestión que sí quisiera remarcar de este relato y de los restantes, una soberbia destreza para conducir al lector entre los datos premonitorios, las anticipaciones y, sobre todo, los tiempos de la fatalidad y la puntual desdicha, los tiempos que viven cada personaje y el tempo que los reúne a todos en un único e inevitable destino. Y puesto a quedarme con una historia, si me dieran a elegir, me quedaría con dos: El triste caso de Azucena Beltrán y Las puertas del infierno, dos cuentos irreprochables en argumento y trama y en ese sentido de la tensión que siempre se ha de establecer entre los héroes y la vida, entre el vislumbre de la felicidad y la luminosa tristeza. Habría que remontarse a Juan Carlos Onetti y Juan Marsé para encontrar en estos dos grandes narradores siluetas humanas de parecido calibre psicológico y atisbos de soluciones narrativas semejantes a las que Antonio Soler usufructúa en ambos relatos. Extranjeros en la noche es un primer libro, lo fue en su día de publicación. Pero bien podría ser el más reciente, ese libro de relatos con dos o tres piezas antológicas que todo consumado novelista siempre tiene en la recámara de sus opciones narrativas. |