Frente a novelas que llevan el nombre de su autor como señuelo sin ningún contenido, Soler crea un rectángulo implacable, un campo de batalla con el ciego Rinela y Solé, con Rosaura y Laura, con el eterno tejer y destejer de la pasión fatal. […] Quiero insistir en la idea del amor como último motivo de esta narrativa, como desencadenante de una compleja estructura. El amor en un paisaje de batalla tanto interior cuanto externo; el amor en su progresiva degradación, en la belleza de la ruina, en la muerte. Un mundo se acaba como los seres que lo pueblan. Soler nos ofrece una novela importante; es decir, una novela llena de símbolos y de claves.

(Antonio Garrido. SUR 4-11-1995)


El salto cualitativo en su carrera lo dio cuando publicó en Anagrama Los héroes de la frontera, en 1995. Con ella, aparte de dejar definitiva constancia de su maestría expresiva y de su poderoso estilo –su mejor baza desde el principio-, estructuraba su mundo de manera tan coherente que el resultado estaba fuera de toda duda.

(Rafael Conte. ABC. 24-4-1999)


He leído esta novela suspendido en la percha de la permanente admiración. Al terminarla, he reflexionado en las causas que me han obligado a estar en vilo […] Creo haberlas encontrado en estas dos: en la maravilla de la prosa del escritor y en segundo lugar en la historia que se narra, que me ha resultado inédita e insólita.

(Víctor Moreno. Igandegin. 10-12-1995)


Una buena novela y un magnífico escritor.

(Rafael Ballesteros. Letra. 1996)


Una fascinante y extraordinaria novela.

(Ernesto Salanova. El Comercio. Asturias. 16-1-1996)


Antonio Soler sabe hacer vivir con sólo unas palabras toda una población, en cuyos nombres resuena la vida.

(Martine Silbert. Le Monde. 5-3-1999)


Antonio Soler tiene un placer evidente en narrar lo impalpable, en hacer visible lo invisible. […] Este libro tiene la simplicidad ineluctable de las tragedias griegas. Ni una palabra de más, ninguna salida posible: una máquina infernal coge de la mano a los personajes y los conduce a su fin.

(Gerard de Cortanze. Le Figaro. 12-3-1999)


Una novela destacada […] por la calidad de su estilo y el poder sensorial de sus imágenes.

(Philippe Nourry. Le Point. 13-3-1999)